El miércoles día 6 de abril de 2011, Amnistía Internacional denunciaba que los Derechos Humanos continuaban sin ser un interés nacional para la política exterior del Gobierno de José Luís Rodriguez Zapatero, y que los mismos estén relegados frente a cuestiones econ´´omicas, energéticas y de seguridad. Este mismo organismo, dirigido por Esteban Beltrán, lamentó que los Derechos Humanos sean para el Gobierno de Zapatero "algo añadido" y marginal, como así lo ha demostrado en las relaciones bilaterales con Guinea Ecuatorial, Colombia, China, EE.UU., Marruecos y Rusia.
En el mismo sentido se expresaba recientemente, el ministro de Relaciones Exteriores de Holanda, Uri Rosenthal, al anunciar el cierre de siete de sus embajadas en todo el mundo, como parte de los esfuerzos por "modernizar" los servicios diplomáticos de su país y reconsiderar las prioridades para la política exterior de su país, y añadió que, los intereses económicos tendrán en el futuro prioridad, y que la ayuda al desarrollo sería reducida.
Ante esos negros nubarrones que se avecinan, consideramos que es hora de reflexionar. Y es que, desde hace tiempo, en nuestro país, la tarea de pensar ha estado a estado a cargo del soldado Teodoro Obiang Nguema, su familia y su clan de Mongomo, para planificar y dirigir de manera totalitaria el "destino" y la forma de vivir de los guineanos. El pueblo hasta hoy no pensado, y, naturalmente, los que lo han hecho han cobrado con creces sus "servicios" en: vidas humanas, sangre, pobreza, penuria, enfermedades, exilios, miseria, petroleo, patrimonios, etc... siempre en perjuicio de la sociedad. Pero ha llegado el momento de decidir si vamos a seguir los guineanos con la interesada dirección de Obiang y de su familia, o si valerosamente tomamos por nuestra cuenta la solución de nuestros problemas y confiamos a nuestras propias fuerzas la defensa de nuestros intereses. Ya es hora de hacerlo como lo estan haciendo otros países africanos, no podemos ni debemos perder de nuevo este tren de la salvación de las garras del dictador Obiang, se debe escoger: o rebaño arrastrado o falange de seres conscientes, la vergüenza o la gloria.
Arrastrado por el interés del clan de Mongomo y sus aláteres, la sociedad guineana viene derramando su sangre por rodo el suelo patrio durante 42 años. Siempre ha habido descontento entre la ciudadanía, descontento ocasionado por la misería y las injusticias, por el hambre y la opresión. Por las mismas causas, el ciudadano ha estado siempre dispuesto a rebelarse con la esperanza de alcanzar con la victoria un cambio favorable a sus intereses, muchos de ellos perecieron en el intento, fueron asesinatos o fueron corrompidos; pero como muchos ciudadanos no utilizaron la cabeza para pensar ante la envergadura del problema, sino fue el régimen quien pensó por ellos, quien ha encaminado y ha manipulado las tendencias de los movimientos insurrecionales, ha sido por ello el único que se ha aprovechado de los sacrificios de la sociedad.
Observad, guineanos, cuán importante es que emprendamos juntos, por nuestra cuenta la conquista de nuestra libertad y de nuestro bienestar. Y es que cada vez que Obiang y su régimen necesitan de la fuerza del número para asegurar su victoria que únicamente le benficia, acude a los ciudadanos, a la masa siempre dispuesta a ser de "héroes" en la turba que de forma cordial después desprecia, pero a la que entonces adula, halaga sus pasiones y hasta aplaude y estimula sus vicios y extravios, como se pasa la mano por el lomo de las bestias para someterlas por la dulzura y cuando no es necesario emplear el látigo.
De esta forma las hordas de Obiang son lanzadas para destruir al pueblo, a acometer empresas contrarias a los intereses del pueblo. En nuestro país todo se ha hecho con sangre de guineanos, aplaudidos a rabiar mientras comprometen sus vidas como "héroe", despreciados y escupidos al día siguiente de la "victoria" en que eran necesarios que qalguien se encargara de sembrar el grano, de cuidar el ganado, de apretar el gatillo, de asesinar, de fustigar, de insultar, de acusar, etc... siendo entonces bajados a punta de pie, los héroes, del pedestal que les formó la adulación interesada del régimen, para reanudar su trabajo en el campo, en el taller, o en el exilio, (esta puede ser la vidad de muchos represores y asesinos del régimen de Obiang, hoy mal llamados con ironía opositores al régimen) y que obtuvieron como única ganancia, el doio de su pueblo, el desprecio de la sociedad o a lo mejor un destarlado 4X4, a parte de los hábitos contraidos en la promiscuidad de los cuarteles donde observaban con naturalidad cómo toruran y asesinan a su hermanos, mientras tanto Obiang y su familia se reparten los ingresos del petróleo, las tierras expropiadas forzosamente a sus dueños, contruiyen grandes mansiones en EE.UU., España, Francia, Argentina, Brasil, etc...
Esto ha sido siempre así; Obiang y su familia, se han reído siempre de los guineanos, han llevado el trozo más gordo del pastel, y, a pesar de ello, dicha experiencia no ha abierto los ojos a su rebaño, a los ciudadanos; la jugada constantemente repetida no ha creado una auténtica revolución entre los ciudadanos, sobre todo entre la juventud. No cabe duda que la psicología de las masas contemporáneas sigue siendo la misma que las masas en Francia en 1789. Siempre lo mismo, el sacrificio de los ciudadanos en beneficio de los jefes; el sufrimiento y el dolor de los humildes en provecho de los ricos.
Sin embargo hoy, se esta produciendo una nueva revolución en los países africanos: Libia, Túnez y Egipto. Desde nuestro punto de vista, en Guinea Ecuatorial existen razones políticas, racionales, emocionales, económicas y de justicia social para sumarse a esta nueva ola revolucionaria que tanto miedo tiene Obiang. Y es que los excesos del tirano Obiang, lastiman a todos, incluida su propia dignidad como ser humano: lastima también a niños, a ancianos, a la mujer, a la juvetud, etc...
Guineanos: es hora de comprometerse y someterse a una seria reflexión. El nuevo movimiento social que se ha iniciado en el norte de África, no puede ni debe deternerse, tiene que estallar por la naturaleza misma de las causas que lo producen; por eso hay que perder el miedo. Es preferible desearlo y precipitarlo. Es mejor morir defendiendo el honor, defendiendo el porvenir de vuestras familias y amigos, que continuar sufriendo, en el medio de la paz, la afrenta de la esclavitud, la vergüenza de la miseria y de la ignorancia. Queridos hermanos y compatriotas, no dejéis vuestras vidas en manos de Obiang, no dejéis en manos de Obiang la tarea de pensar por vosotros y de arreglar el país de modo que siempre resulte favorable a sus intereses. Hay que tomar parte sin miedo en este gran movimiento social que se ha iniciado en el norte de África, que ha estallado, y, haced con vuestro espíritu que Guinea Ecuatorial tome la dirección correcta que necesita y para que esa revlución sea esta vez provechosa para toda la sociedad guineana, contraria a la gran mentira de Obiang del 3 de agosto de 1979, con su golpe a la libertad.
Observad las págimnas de los libros de la historia y en ellas encontrareís que en las luchas en que han tomado participación las oligarquías, siempre el pueblo ha representado el papel de carne de cañón, porque el pueblo no quiere pensar y acometer, por sí mismo, la tarea de ssu redención. Por eso, la emancipación de la sociedad guineana debe ser obra de sus propios ciudadanos, y que esa emancipación debe comenzar con la toma de conciencia como ciudadano libre y con derechos y obligaciones. No espereís que Obiang os dé nada, después de 42 años eperando, Obiang ya no tiene nada que dar, por eso hay que decirle, sin miedo, que se vaya. Solo haciendolo con valentía no sereís carne de cañón, sino héroes que se hacen respetar y obtendreís, por la sola conquista de la libertad, el poder necesario para alcanzar, con poco esfuerzo, la total liberación de todo el pueblo.
El tirano no es producto de generación espontánea, es el producto de la degradación de un pueblo. Pueblo degradado, puebloo tiranizado. Ahí está nuestro mal, en la masa de los sufridos y resignados, en el montón amorfo de los que están conformes con su suerte. Pero hay que tener presente una vez más que el simple cambio de Obiang, no será fuente de libertad, y en ese sentido, cualquier programa que no incluya la clausula de la conquita de las libertades por y para el pueblo, no será un auténtico programa para el pueblo, sino un continuismo más del obianguemismo.
Los sumisos, los mansos, los indiferentes, los sufridos, los resignados, son la masa, la muchedumbre que con su pasividad, su modorra y falta de caracter hace lento y doloroso el avance de nustro país hacia la democracia y la felicidad. Esclavas de su propio miedo y su falta de energía, las masas jamás ofrecieron resistencia al tirano, y sin embargo este los aplasta, los humilla, los escupe, los diezma, etc... pero no se rebelan, no se levantan como un solo hombre o una sola mujer para castigar a sus verdugos.
En el exilio, a 11 de abril de 2011
Gregorio F.F. OYÉ
Profesor de Instituto.
Coordinador General del Partido USL_GE
Partido Unión Social_Liberal de Guinea Ecuatorial